Pensaba en los últimos recitales que fui (al menos los más significativos para mi) y saqué la conclusión de que la mayor parte del tiempo estoy pensando en mi vida en vez de "disfrutar el show". Escribo entre comillas porque lo disfruto también de esta manera. 
Ejemplos para aclarar lo que dije recién, que no se entendió un carajo:
Morrissey: Domingo, feliz. No me gustaría entrar en muchos detalles, pero a 15 minutos de terminar el show, me dio un ataque de pánico muy fuerte, me fui para atrás, y me acosté, y ya no era un ataque de pánico, estaba agonizando, a punto de morir, lo sabía porque mis ideas estaban muertas, y no podía parar de sufrir pensando, hasta que la música me salvó cuando sonó al final "How Soon Is Now?".
The Cure: Raramente sufrí un calambre en el pie una hora antes del show, que me duró por días. Creo que se trató de algo relacionado con energías y demás. Este recital fue un combate constante de mi vida, de mis ideas, de mis recuerdos.
Dentro de poco toca Blur. No falta nada. Y va a ser un duelo muy fuerte para mi también. Porque mi música favorita es la favorita gracias a los momentos felices y horribles que tuve en mi vida. La música es la memoria que me pone a prueba con esto.
Aclaración: paralelamente mi cerebro se particiona a la mitad y se encarga de disfrutar el show ya sea visuales, sonido, escenografía, vestuario, puesta en escena Y CLARO, LA MÚSICA el rock y las drogas, y la muerte, siempre la muerte.
 
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