3/26/2010

Detective de celulares 2

Llueve mucho. (Qué genialidad, te dije dos palabras y ya te lo imaginaste)
No sé que tiene el agua de la lluvia. Uno se baña todos los días, toma agua todos los días. Cuando hace calor todo el mundo se mueve hacia las costas de los continentes para meterse en más agua. En piletas, nuestro cuerpo esta hecho con agua. Somos agua. Sin embargo cuando cae una gota de arriba "¡uy loco me mojé!". Por eso, no sé que tendrá. Esa gente que odia mojarse...
Esa sociedad que odia la lluvia. Porque es eso lo que pasa. Llueve mucho y los colectivos no te paran. La gente se pone como loca. El tráfico empeora. La gente no sale de su casa. Es otro mundo cuando el agua ataca.
Y yo era una víctima inocente. Yo quería hacerme amigo de la lluvia. Pero no.
Estaba en la calle intentando volver a mi casa. No me paraba ni un bondi, todo mal.
En la parada había una rubia preciosa hablando por celular. La vi y me acordé que tenía que llamar a un amigo para avisarle que iba a llegar tarde, con esto de la lluvia.
Lo empiezo a llamar y mi amigo tenía voz de mujer. Y no solo eso sino que me decia "Disculpe, el sistema esta fuera de servicio". Y yo diciendole "Qué decis Gastón?".
Entre las luces de la ciudad y bocinazos, me estaba volviendo loco. La conchuda que me dice que no me anda el celular, el agua y la gente corriendo por todos lados me convirtieron en una persona impulsiva y le hablé a la rubia. No sé si porque estaba buena o porque le andaba el celular, pero ya tenía la excusa.
- Disculpame... no me prestas el celular para mandar un mensaje por favor?
- No tengo crédito.
- Bueno
- En serio!
- Te creo, esta bien. Es vieja esa igual. Digo que no tengo crédito y al toque justifico en serio.
- No no en serio que no tengo, perdoná! sino si. No había drama.
- Bueno mira... Yo te vi recién y estabas hablando por celular, mandando mensajitos. Y no tenes crédito?
- Me habían llamado!!!
- TÍPICA!
- Jajaja, me haces reír
- Vos a mi también, porque sé que tenes crédito. En fin. Hace cuanto que estas esperando en la fila?
- Como media hora, no para ninguno, y ya hace como 10 minutos que no pasa ninguno así que deben estar agarrando por otro lado.
- Uh la puta madre. Qué felices son los tacheros cuando llueve. La gente que jamás se tomaría un taxi es la primera en subirse
- Si ni hablar. Vos para donde vas?
- Hasta Plaza Flores.
- Ah yo me bajo justo 2 paradas después. Si queres compartimos un taxi.
- Bueno dale. Lo paras vos eeh.
- Es lo mismo!
- No, creeme. Si hay lluvia y los taxis no son de parar. Que una rubia alta carilinda pare un taxi es una boludez.
- Jajaja, cualquiera lo que decis.
- Bueno hagamos una cosa. Trato de parar yo.
- Ok!
Pasan 4 taxis, ninguno me para.
- Dale a ver vos.
El primer taxi que pasa, ya estabamos arriba diciendo "Hasta plaza flores".

Dentro del taxi...

- Y? viste que tenia razón?
- Jajaja, puede ser... - Pausa.
- Contame... Qué se siente saber que por como es uno físicamente tiene facilidad de conseguir algunas cosas?
- Tampoco soy una modelo, che. Pero no sé. Nunca lo pensé. Sinceramente no me importa.

Se me acerca y me susurra al oido.
- Seguime el juego...

Se dirige hacia el conductor y le dice:
- Señor, mire que son 2 cuadras más después de la Plaza. Mi novio se baja ahí y yo sigo un par de cuadras más.
- Bueno no hay problema!

La miro y le digo en voz baja.
- Novio? Qué rápido avanzamos.
Me guiña el ojo y se me tira encima, literalmente. Me empieza a llenar de besos.
Ok, te sigo el juego hasta donde quieras.
- Me vas a cocinar algo rico hoy amor? - Me dice
- Eeh. Si si, igual estaba pensando en ir a comer afuera!
- No, no tengo ganas! con esta lluvia esta para quedarse en casa y alquilar una peli.
- Pero para alquilar una peli hay que salir también.
- Bueno vemos una del cable.
- No pero, te acordas que nos cortaron el cable?
- Bueno vemos alguna de telefé.
- Pero son malísimas esas!
- Bueno no cambiemos de tema. Qué me vas a cocinar?
- Unos buenos panchos
- Uy no, dale! en serio te digo. (En serio?)
- Si yo también. Si no sé cocinar. Cociná vos.

La charla se iba por las ramas cada vez más y más. Sobre todo porque estabamos fingiendo algo y no entendía por qué. Por lo que la imaginación era ilimitada.
Llega la hora de bajarme. Qué mujer más extraña acabo de conocer.
- Por acá esta bien- Le digo al tachero
Mientras me bajo, la rubia me agarra la campera y me tira para atrás, me encaja un beso y me deja ir.
Empiezo a caminar por la calle, empieza a hacer mucho frío. Me pongo la mano en los bolsillos de la campera y me encuentro con un celular. El mismo que estaba usando ella en la parada del bondi. El celular de la rubia.
Por qué me lo dejó? Qué se supone que tengo que hacer?
Llego a mi casa y Gaston ya estaba hace rato ahí, quejándose de que ni siquiera le avisé.
Empiezo a revisar el celular y pensaba a quién podía llamar de sus contactos para devolverle el teléfono. Tal vez me lo dejó como para asegurar un encuentro... La verdad no lo sé.
Llamo al contacto que dice "casa" y me atiende ella.
- Hola?
- VISTE QUE SÍ TENÍAS CRÉDITO!
- jajaja bueno, me atrapaste. Cuándo me vas a devolver el celular?
- Cuando me expliques qué pasó en el taxi. Por qué ese acting de ser pareja?
- Vos no sabes lo que es ser una rubia alta y carilinda y estar en un taxi sola! se te tiran como pajeros!


Fin.

Material Extra

Crítica de Rubén Tilador:

Creo sinceramente que esta obra logra algo que pocas pueden. Es sencilla y original a la vez. El tema de retrucar con comentarios para luego dar así un remate divertido es muy prolijo. Por ejemplo cuando el protagonista le plantea a la mujer sobre su aspecto físico y ella lo ignora, y al final la vemos a ella utilizando sus propias palabras. El tema de si tenía crédito o no queda en suspenso de una manera brillante. En el final nos enteramos de que eso había quedado en duda. Estamos ante un gran texto ingenioso y entretenido. Las charlas sobre nada fingidas en el taxi y los comentarios de la lluvia enriquecen de manera tal que nos atrapa en las primeras lineas. 4 estrellas.


Gracias Rubén!

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