1/15/2014

Mini cuentos de verano Vol. I


Ángel ya no esperaba nada de su vida a sus cincuenta años. Trabajando en una fábrica de cajas por treinta años, con sus días exactamente igual. Felizmente casado pero estancado, con un hijo poco popular en su escuela secundaria. 
Aquel día en su oficina su supervisor (obviamente más joven que él) le comenta que a partir de mañana iba a contar con la ayuda de un nuevo joven empleado.
Al día siguiente, Pablo, un muchacho desarreglado con una remera de The Smiths y su mp3 cargado de música, presta la poca atención que su cabeza tolera ante las explicaciones laborales de Ángel.
Él pensaba que pronto lo iban a despedir y por eso un nuevo empleado comenzaría a aprender sus tareas. En parte le gustaba que se trate de un tarado.
Jamás creería que aquel tarado le cambiaría su vida. La música y las remeras de bandas que llevaba Pablo fueron llamando la atención a Ángel hasta tener una conversación sobre música.

- ¿Tenes algo de música para pasarme? - Preguntó Ángel entre papeles.
- Obvio - Ahora Pablo tenía toda su atención - ¿Qué música te gusta?
- No fui de escuchar mucha música en realidad.

No bastó más para que Pablo llene un pen drive con música realmente increíble, perteneciente a cualquier género y época. Esa noche Ángel hizo algo nuevo en su vida después de comer en vez de ir a ver televisión con su esposa. Se puso unos auriculares y escuchó durante horas canciones que despertaron nuevos sentimientos en él. 
Ángel en la oficina empezó a desempeñarse cada vez peor debido a que se la pasaba hablando de música con un joven que no tenía nada que perder y vivía tocando la guitarra. Pablo le contaba a Ángel sobre una banda que estaba formando pero no tenían baterista. El supervisor escuchó toda la charla desde la otra punta de la oficina, pues hablaban entusiasmados y eufóricos sobre música. Las medidas que tomó sobre Ángel fueron trágicas, luego de treinta años, lo habían echado.
Esa tarde, sin pensarlo tanto por suerte, Ángel sabía que le esperaba una buena indemnización, por lo que "accidentalmente" se cruzó con una casa de música y se compró una batería con todos los chiches. Cowbells y todo, sí.
Ángel la instaló en su casa sabiendo que cuando su mujer llegue habrían problemas, pero aún así comenzó a pegarle al tambor y al bombo sobre una canción de Joy Division. Entra su esposa a la ruidosa casa y pregunta a Ángel.
- ¡¡¡¿Qué haces?!!!
- Disorder.

Luego de una discusión que se daba por la histeria y la falta de lógica. Ángel no podía parar de sentirse bien, y lo único que quería, era darle al tambor y al bombo.

FIN




PD: El último disco que hizo Arctic Monkeys no es bueno, los respeto por su atrevimiento a permanecer diez años en los tiempos más difíciles que le tocó vivir a la música, donde quedar en el olvido luego de unos tres discos es la nueva moda desde el 2004

PD 2: CYPRESS HILL - WHEN THE SHIP GOES DOWN, ¡putitas!

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