6/13/2013

¿Por qué nos enamoramos de desconocidos en transportes públicos?

 
Sentado en el subte lleno, te subis, desconocida hermosa y perfecta. Y cuando digo perfecta me refiero a una mujer que incluso con sus defectos, te sentis atraído más allá de algo físico, cuando en realidad sólo la estas viendo.
Te ignora por completo, está en su mundo, muy bien vestida, sabiendo combinar los colores, leyendo sus apuntes de facultad y con auriculares, ¿qué estará escuchando?. Muy flaquita, y la estatura justa para su peso, piel morocha, el pelo también, ignorando por completo lo que pasa a su alrededor, y yo contemplandola, deseandola, sin saber cómo se llama o si es buena persona.
Sube otra mujer perfecta, pero no para mis ojos y mis intereses, sino para la sociedad. Esas rubias altas con cuerpos que miles de mujeres desean. Yo sigo mirandola a ella, y puedo observar que ella comienza a ver a la rubia, veo sus ojos moverse, primero ve su cara, su cuerpo, sus piernas, sus zapatos. La miró y la estudió así como yo lo hacía con ella. ¿Será lesbiana? No parecería ser eso lo que pasa, en su cara podía notar que no la miraba con un fin atractivo. Me quedo pensando en la rareza de la situación, o mejor dicho, en lo retorcida que podría ser la mente de las mujeres al ver lo que iba a pasar después:
 
La morocha comienza a me mirarme fijo, nota que la estoy viendo y corre la mirada, luego la corro yo. Noto que ella vuelve a mirarme, la veo, y ella corre la mirada. Este mecanismo se repite unas cuatro o cinco veces. ¿A quién no le ha pasado esto? De cruzar miradas con un desconocido hasta intercambiarlas, sintiendose altamente atraídos por la mirada, ¿por qué ninguno se anima a hablar nunca en situaciones así? ¿Qué decir? "Hola, es obvio que nos gustamos, nos estamos comiendo con los ojos".
Vuelvo a pensar en la rubia. Si ella no hubiese subido, la morocha no hubiese pensado cosas como "quiero ser como ella" o "¡no puedo creer que me mire a mi y no a ella!", algún tipo de conclusión de ese tipo la llevo a registrarme a mi, sino hubiese seguido en su música y sus apuntes. En cambio, ahora no deja de mirarme. Incluso yo dejé de mirarla, pero ella seguía, esperando a que yo le devuelva la mirada, y al hacerlo, ella volvía a sus apuntes.
¿Por qué hacemos eso? Aunque la pregunta ideal sería ¿por qué no hacemos nada?. Es realmente interesante cómo por compartir diez minutos en un transporte público, te puede hacer sentir enamorado con tan sólo ver, sin conocer a la otra persona, no importa en qué situación de vida se encuentren: se comen con los ojos.
A dos estaciones de la terminal, ella se está por bajar, tenía una puerta al lado, sin embargo decide ir a la otra que quedaba cerca mio. Nadie en el subte lleno pudo notar esto más que yo. Tampoco podía entender cómo pasa eso entre unos desconocidos que lo único que compartieron fue la mirada. Y cuando su cuerpo paso cerca al mio, sentí latir mi corazón mucho más fuerte, haciendome sentir más vivo.
 
No sé por qué me mato tratando de explicar lo que es estar enamorado por diez minutos de una desconcida, esto nos ha pasado a todos más de una vez.
 
[Sí, entre bolivianos también] [Aclaración para racistas que leen el blog]

No hay comentarios:

Publicar un comentario