8/29/2012

La historia de un sólo capítulo

Capítulo 1: Capítulo final

No hacía ni un año que dejaron de hablarse. Existieron desafortunados encuentros en recitales que ellos se habían prometido alguna vez. No con palabras, sino con canciones y vivencias. Ella o él podrían estar con otras personas disfrutando ahora aquellos sueños... sin embargo... los sueños viven dentro de la mente. Dicen que ambos sufren al ver que sus sueños no fueron hechos realidad. No del todo. ¿Era tal vez la música en vivo aquello soñado o la sensación de amor infinito que les  pudo haber causado escuchar algunas canciones tomados de la mano? 
¿Qué causa más dolor? ¿La pérdida de aquellos sueños o que nunca sentirán paz en sus mentes por haber fallado? 
Por tantos meses pensandose unos al otro de una manera tan violenta y excesiva que el otro es totalmente conciente de esto. Ella sabe lo mucho que él lo piensa y viceversa. ¿Cómo puede existir entonces tanta distancia? Es ridículo. ¿Cómo puede vivir tanto este amor sin cuerpos? Sin piel, sólo recuerdos y sueños que enamoran de noche y asustan de día. Pesadillas en plena luz del día. Sin embargo sus almas siempre juntas.
Sus cuerpos con otras personas, sus almas juntas.
¿Pudieron estas dos almas amarse tanto como para mantenerse vivos así? ¿Por qué existe tanto dolor? Es que los cuerpos se necesitan pero parecería imposible.
Él descubrió tal vez la manera de despegarse de un alma compartida. La llamó luego de meses y exigió un amor violento insostenible.

- Necesito tenerte cerca por lo menos 3 días con vos para dejar de extrañarte para siempre. No te quiero extrañar más. Vámonos lejos de todo y de todos, 3 días nada más. No importa a donde. Vamos a amarnos una vez más, pero así. Sin pensar, nos vamos, chau.

- No me voy a ningún lado con vos.

- Pero qué bien hubiese estado hace años atrás, ¿no?

- ... Si...

- Yo soñaba con ir, clavarnos un cuarto de ácido, mucho porro, mucha música, mucho amor. 3 días con vos... lo que daría por pasar 3 días con vos... es la única manera de dejar de tener miedo. La única manera de no extrañarte nunca más.

- Pero nunca más.

¡NUNCA MÁS!

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