Acabo de llegar a casa, estoy muerto. Qué buena semana dios mio. Me tiro una siesta porque este finde es terrible. Pero antes, necesito escuchar un disco entero acostado.
Fui al estante, busque entre los discos y elegí:
Abri la tapa, miro el disco ese violeta atrapante... lo aprecio, lo pongo en la computadora...
Y suena:
You are my angel... y a dormir.
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