10/11/2011

Cuando sos un pibe que piensa muy bien las cosas

Lugar: Boliche.

Eramos solo 2, pero mi amigo (Nahuel) conocía un grupo de 4 amigas que también estaban dando vueltas por ahí entonces nos quedamos con ellas. Con alguna ni hablaba (hasta ese momento ni sabía su nombre), otra tan sólo unas palabras (creo que su nombre era Carolina), y las otras dos (Mariana y Barbara) siempre encima de Nahuel cagándose de risa y fueron con la que más onda pegué. Mariana era la mejor amiga de Nahuel hacía varios años ya y siempre estaban boludeando. Barbara apenas lo conocía a Nahuel pero le seguía las jodas a Mariana. Mientras bailamos los 4 las otras 2 (Caro y la desconocida) estaban bailando juntas aparte, me resultaba inevitable ver que esta desconocida tenía un aspecto tímido muy interesante. En realidad siempre dije que la timidez me resulta atractiva. Se me acerca Mariana y me dice:

- Epa, andas fichando a mi amiga?

- No - Miento (Cuando sos un pibe que piensa muy bien las cosas, hay que mentir en cosas que sabemos que nadie puede comprobar. Cómo ella iba a saber si la estaba fichando? Sí, podría estar mirándola, pero no tiene ningún tipo de valor. Hay diferencias entre mirar y fichar)

La noche sigue tranquila, y veo que Mariana y la tímida en un momento se ponen a charlar. Luego vuelve Mariana hacia mi.

- Te gusta mi amiga? - Me pregunta.

- Eh? No. si ni la conozco (Cuando sos un pibe que piensa muy bien las cosas, hay que seguir mintiendo. Si me gustaba, pero me justifiqué con algo que sabía que a una mujer le iba a atraer más. El hecho de conocerla, a menos que sea una putita fiestera. Putita.)

- Y qué importa? Ya fue!

- Si importa, ni siquiera se su nombre! Me gustaría saber su nombre al menos y ahí si. Pero no. (Cuando sos un pibe que piensa muy bien las cosas, mentís más. Realmente no importa. No es que quería casarme con ella. Con un beso en la noche hubiese bastado, pero simplemente me gusta convertir las cosas un poco más complicadas... uno nunca sabe qué tanto puede alterar el futuro dando vueltas así)

Sin embargo, luego de contestarle eso a Mariana, voy hacia esta chica desconocida que se encontraba sentada y me siento a su lado.

- Hola - Le digo.

- Hola.

- Todo bien?

- Bien, vos?

- Bien. Cómo te llamas?

- Sol

- Qué lindo nombre.

- Mentira.

- En serio. Va a sonar a re chamullo esto, pero yo si tuviese una hija le pondría Sol. Antes le quería poner Luz. Pero la luz se apaga, el sol siempre brilla.

- Jaja, cualquiera! Aunque es verdad... igual no te creo lo de que si tuvieses una hija le pondrías así. Si te decía "Julieta" me ibas a decir lo mismo.

- Si? "Antes le quería poner Luz pero la luz se apaga y julieta siempre brilla?"

- Capaz tenes un piropo para distintos nombres.

- No soy tan astuto.

- No parece.

- Bueno! Jaja, qué haces aca sentada?

- Me duelen los pies!

- Uh, bajón. Te haría masajes pero me dan asco los pies, ah, y tampoco sé hacer masajes.

- Jaja, no igual gracias.

- Para que me decis "no igual gracias" si ni siquiera me ofrecí?

- ...

- Bueno, no importa, boludeces mías. Me voy a bailar!


Termina la noche y Mariana y Sol se ponen a hablar.

- Medio dormido este pibe - Le dice Sol.

- Por?

- Y porque me vino a chamullar y no me dio un beso.

- Pero me dijo igual que no quería, me dijo que no le gustabas.

- Y para qué me vino a hablar?

- No se.

- Qué pibe raro!

- Si, mal. Ah! Banca, ya sé. Me dijo que no le gustaste porque ni sabía ni tu nombre. Lo raro es... para qué te fue a hablar igual?

- ...

- ...

- ¡Para averiguar mi nombre!



Y así fue cómo me hice que ella guste un poco más de mi. Si hubiese dicho que sí en un principio, es decir, si hubiese dicho la verdad "sí, la estoy fichando, sí, me gusta" tal vez no hubiese pasado de ese beso y hubiese sido una historia más común de boliche. Pero, al mentir un poquito, la realidad, o el futuro, se altera de esta manera que mencionaba. A veces dar vueltas es la solución en vez de ir siempre derecho.

Por qué lo hice? Realmente tenía ganas de conocer a alguien esa noche.

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