Qué triste es saber que me acuerdo apenas de tu cara. De la última vez que entraste a mi casa. De la última vez que reímos. Como si algún dispositivo se hubiese instalado en mi memoria bloqueando absolutamente todo lo que vivimos. Pasan los días y los recuerdos se nublan más... y realmente pienso si es el recuerdo de un recuerdo, o si fue realmente así. De no poder acordarme bien del color de tus ojos, del sonido de tu risa... se me borraron imágenes y sonidos por completo. No me puedo acordar de canciones que escuchábamos juntos. Ni de planes que realizamos y llevamos a cabo...
Es triste levantarse y pensar: Me acordé que me olvidé. Triste por el vacío, no por la necesidad de llenar los huecos que supiste scarme de una manera tan violenta y agresiva, cuando debería preguntar si realmente merezco esa maldad y me veía obligado a seguir tu juego. Hoy puedo decir que sé que sos el diablo, y que lo haces sólo por placer. Que en realidad, no sé quien sos, y eso me lleva a no entender qué haces ni por qué. Sólo el diablo se maneja así. Sos pura maldad.
Bueno, una reflexión basada en el recuerdo de un recuerdo... con los conceptos de la memoria expuestos en "Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos".
Por algo siempre me gustó tanto esta película. Cada vez que la veo, entiendo y descubro más cosas... De que pase lo que pase... siempre se olvida. Sólo queda un recuerdo impreciso, y ya se quiebra la magia.
P.D: Ah, le habla a la mente, no a una mujer (Porque ya veo que mucha gente malinterpreta los textos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario