Te deseé tristeza, inclusive pobreza. Ofrecí que la imaginación te haya guardado algo tan viejo y lejano, que el hecho de no recordar bien tu rostro me da la sensación de que el agua está muy tranquila. Reconozco también que, ofrecí mis ganas de comprender que fui la víctima y no mucho más que eso. Que deberían someterte a juicio y que mis mil recuerdos dolidos sean los testigos. Que te encierren y que entiendas todo el mal que causaste. Porque, es triste decirlo pero... es la primera vez que a un ser humano no le deseo la risa.
Por qué debo de sentirme fatal? Si hasta ya asumí que el destino existe, pero ¿quién selecciona su propio destino? Veo hacia donde nos llevas y me río, porque te sufro. Veo que vos haces lo inverso: sufrís y lo demostras de una manera tan patética y triste, (que en un punto me genera pena) sin embargo dentro tuyo te reís.
Y si tu risa me salvara y no me condenara... ♫
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