Y por qué te estarás preguntando. En realidad, tenía ganas de hablar de algo que aprendí este año gracias a vos y lo veníamos hablando precisamente ayer.
Qué aprendí? Qué me enseñaste? A mi me gusta llamarlo: Bajar la persiana.
Metafóricamente hablando, aprendí a bajar la persiana. A qué o a quién? A las cosas/personas que te pueden hacer mal. Cómo te pueden hacer mal? Cuando te das cuenta de que esa persona no tiene nada que hacer en tu vida.
Durante toda mi vida traté de hacer un balance entre 2 situaciones, gente que no me banco, gente que me banco. Gente que quiero, gente que odio.
Pero, citando a el Pity para sostener mi aprendizaje:
"Para odiar hay que querer"
Y reforzando con Vicentico:
"Ya no te quiero, ya ni te odio"
O inclusive, Mario Luis:
"Del amor al odio, sólo existe un paso"
Odiar a algo/alguien, es querer mal. Querer mal a una persona es una mierda, yo odié mucha gente, porque no podía creer o soportar cierto dolor que me generaban personas que podía apreciar tanto en mi vida. Y uno no quiere entender, y sigue intentando tener esa gente al lado de su vida... o al menos yo, intenté con tanta gente, creyendo que se puede... Pero, es algo básico: para qué te sirve una persona así en tu vida? Alguien que tengas que buscar vos todo el tiempo, y no tengan lugar para vos. Insisto hasta la muerte que nadie carece de tiempo para compartir momentos con las personas que uno quiere tener al lado.
Entonces no sé por qué gasté tanto tiempo y energía en personas que no me querían tener al lado en su vida.
Entonces entendí que ese odio, desapareció. Y me sentí mal al creer que para mi ciertas personas SE MURIERON.
Que una persona te pase al lado y ni reconocerla, a eso me refiero. Ni recordar la cara de estas personas, mucho menos mantenerlas en la memoria.
Como todo lo que aprende uno, a veces se excede, y reconozco que he bajado la persiana a personas antes de tiempo o tal vez ni se lo merezcan. Pero ya me voy acostumbrando, y aprendí a alejarme de la gente que no vale ni un poco la pena. Que no queres, ni odias, directamente no te despierta ningún tipo de pensamiento ni emoción.
Cuando sos un simple fantasma en la vida para otras personas.
Después me pregunté yo para quién seré yo así... y me volví a sentir mal. Supongo que no está bueno eso. Pero es algo que pasa mucho.
Por qué? Porque es natural. También es parte de la naturalidad entender que siempre alguien es reemplazable para todo. No existen personas ideales, sino momentos. Quienes lo respeten y lo desvivan con amor, duraran más que otros, tal vez, hasta siempre.
Hoy, con mi tarea finalizada de bajar persianas, les quiero agradecer a todas las personas que tengo al lado. No necesito más nada.
Gracias por dejarme ser parte de sus vidas, así como ustedes son parte de la mía.
GABRIEL
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