Y si tan sólo pudiera quedarme dormido y no volver a despertar.
Conozco el buen vino y conozco el peor, pero envenenarme también me enseñó.
Sé que es bueno tener al diablo de amigo en alguna ocasión.
Cuando hasta mi sombra estorbe
sabrán disculpar, me voy a marchar
aunque a nadie ya le importe.
A nadie importe...
(Sin sacar ni una palabra, tal cual es)
No hay comentarios:
Publicar un comentario