Todos los días me despierto e invento un arsenal de palabras con mucho sentido, en un lugar y en una situación que no lo tiene.
Todos los días tengo mil palabras para explicar y para intentar resolver problemas que simplemente con una mirada o una caricia se pueden esfumar.
Palabras que retienen y hacen tener una vida pausada, sin sorpresas, ni sobresaltos, ni el riesgo que te genera el estar enamorado.
Palabras entre dos personas que se supone que quieren estar juntos. Palabras que no tienen lugar, sin embargo, ahí están, desesperadas, tratando de equilibrar y estirar aquello que se supone que debería ser tan sencillo.
Ayer y hoy, la vida sigue dándome palabras y pausas, cuando lo único que pido es un acto de amor. Algo en qué creer, algo en qué sentir.
[Bueno, después de 4 meses, algo tenía que salir. No?]
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