A partir de:
Un profesor que te hablará de que hay 2 tipos de individuos.
1: El que se hace cargo de su vida psicológicamente
2: El que se hace cargo de su vida socialmente y dice: acá estoy yo, pertenezco a esta época y soy parte de la historia. Y VA Y PELEA POR SER PARTE DE UN ALGO!!!
Así, con las 2 piernas adelante, tipo Tevez en el 2006 que no le cabia una y todavía era más animal que humano, arrancamos pensando desde ya un 23, tal vez un sueño o una gloria. Tras un viaje confuso y enganchar bondis al toque (lo mejor de un viernes a la noche) llegar para brindar lo mejor de las pizzas de Osvaldo. Durante discusiones y predicciones de Argentina - Alemania y varias quemadas, el reloj dará para festejar una alegría aún más importante: la del wacho.
El wacho, las palmas. Entre charlas de motos y muertes no anunciadas (tal vez relacionadas con "La muerte de un ciclista" peliculón mencionado previamente en esa charla del profesor) un turbio comentario que susurra entre una sombra y otra: Pensé que nos ibamos a divertir. Nuevamente con un aliento borracho y esperanzador de creer que la suerte puede cambiar de la noche a la mañana: Las caretas empiezan a caer y bombas también. En medio de una explosión, juraríamos ver a Raiden (El del Mortal Kombat) haciendo palmas con los pibes, y un gato un tanto gangrenoso que dará suerte a la selección o finalizará con el 2 a 0 con la 23 de Pastore (Nuevamente el seguimiento del número, la idea de jugar con la suerte).
Caras largas en la noche y la falta de ritmo alcoholico llevan al planteo de si se sale o no. Por una cuestión de orgullo y festejo, en el fondo, con mucha bronca: un grupo de 4 amigos con ganas de sacarse los ojos se van a bailar.
El taxi te revelará la verdad: Me dijo que pelee por la guacha, Desde un "sólo amala" de película hasta "32 años de casados y me casaría un millón de veces más con la misma mujer" el consejo de vida ante todas las cosas es: "HAY QUE PONER LA GETA".
La ideología bolichera parte desde ahí: Hay que poner la geta.
Tras un no-intento de pasarla bien, juraría que hasta 3 mujeres se me regalaron y soy excluido por mi idiotez según mis amigos, o tal vez por dormido. Cuando menos lo espero, puedo llegar a poner a prueba el tema de lo desconocido, del 2007. Surgen distintos acontecimientos: pérdidas de grupo, cara de culo hemorroidal, si la pasa mal uno la pasan mal todos. Ranchos apartes, encuentros cercanos con esa que siempre promete un beso, o la aventura de conocer a una chica que nace desde una risa, y que es más simpática que Amelié pero con el bocho bien acomodado, me presta su billetera para que se la revise. Cuan policía vigilaba entre rostros y luces de boliches: Pensé que nos ibamos a divertir.
Un tatuaje que me vuelve loco y lograré besar, es la traición: juega la idea de la infidelidad. Del sujeto llevado por el deseo, el engaño. Un minimo planteo, una sonrisa, un picaro crack antes prometido en un taxi. Unas zapatillas que impiden bailar. Cuando la simpatía se regala ante la idiotez. Mientras el sentido común de ser distinto indica que siempre aquella de varias miradas llegará. Para luego festejar bajo ritmos de la champions liga que mientras suenan se acota "No! pero las letras te tiran la posta". "Por qué no vas y le dices mujer que no lo amas a él?" y el otro que se agarra la cabeza. Mientras de fondo se escuchan las palmas y algun que otro histeriqueo, una rubia petisa infernal me agarra la remera para llevarme a bailar hacia ella. Tras una leve sonrisita y un comentario irónico se desatará una pelea por ambas partes. Llevando luego a compartimiento de tragos y alguna que otra anecdota de borracho.
Y que lo distinto marca otra vez y un primer beso que promete dulzura jamás vista capaz de romper el hechizo de una forra que solo le gusta lastimar a las personas y jugar con los sentimientos, aparecen nuevos objetos de deseo: nuevas aventuras de otras épocas.
Cuando así desde la nada aparece bien vestida esa de barrio que siempre buscó y no se dio y que la gorra se queja de la pérdida de oportunidades femeninas exigiendo ir a comer como Tevez todo el tiempo, se decide que es hora de cerrar el boliche bajo los sonidos de la inercia.
Una vez fuera del mundial, la oportunidad de "pensé que nos ibamos a divertir" se va atenuando y confundiendo con un brillo de sol hermoso y un no-asado que se lo llevó una Alemania merecedora y triunfadora, surge la idea del festejo nuevamente.
Entre gritos innecesarios paraguayos suplicando y poniendo la voz de un continente entero: La gira ha terminado.
Y cuando menos se lo espera, llegando a su casa, esa de barrio que buscaba y regaló en plena parada de colectivo y dijeron: Dedicada a la camisa con el gallito bordado en el brazo. (Que había empezado en la discusión de volver caminando 30 cuadras o no. "Bancala!")
TODO ESO ENTRA EN EL PARCIAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario